Jueves 11 de agosto de 2016.
Vbrr. Vbrr (bueno, quería imitar el sonido del vibración del móvil cuando me llega un whatsapp de una manera "real", pero de forma escrita es una tarea bastante ardua).
Silvia: Me han hablado de este libro, "La lección de August".
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Empecé a investigar sobre él y, tras leer bastantes reseñas, conocer un poco el contenido del mismo, sin dudarlo ni un momento, decidí conseguirlo y empaparme de lleno en la vida de August, sabía que me emocionaría y, claro, no me he equivocado.
Ha sido una emoción que podría definir a diferentes escalas:
1. Emocionante: con solo decir que me lo he leído, en un día y medio, es suficiente para que me entendáis.
2. Emoción personal: transmitir, sentir diferentes ahogos de emoción (sorpresa, ilusión, tristeza...), recapacitar... y entre otras muchas que, no existen palabras para definirlas (esto lo entenderéis cuando leáis el libro). Y, algo muy importante, me ha hecho recordar por qué decidí estudiar magisterio y dedicarme al mundo de la docencia.
3. Emoción profesional: ideas (para todos los niveles y etapas), animarme a seguir llevando proyectos para mis alumnos, porque me llena como profesional y como persona, y porque creo que la educación, como bien decía Nelson Mandela: "la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo", sea al nivel que sea.
Si estás leyendo esto y eres docente, recuerda, en la vida de los alumnos, los docentes somos una parte muy importante. Esta es la idea global que para mí, a título personal, me ha "regalado" este libro aunque, ya lo sabía, nunca está de más recordarlo.
Esta novela juvenil es una gran recurso para trabajar en educación primaria, sobre todo en los últimos niveles, y sin duda, en la etapa de educación secundaria.
Para finalizar esta entrada especial, quería compartir uno de los fragmentos que me ha emocionado:
"¿Podríamos hacer una nueva regla: intentar siempre ser más amables de lo necesario?
Qué frase tan maravillosa, ¿verdad? Más amables de lo necesario.
Valor. Amabilidad. Amistad. Carácter.
Estas son las cualidades que nos definen como seres humanos y nos llevan, a veces, a la grandeza.
Pero, ¿cómo medimos la grandeza?
La grandeza no está en ser fuerte, sino en el bueno uso de la fuerza.
El más grande es aquel cuya fuerza conquista más corazones con la atracción del suyo propio".
Muchísimas gracias Raquel J. Palacio por escribir esta maravillosa historia.
